Decía George Harrison que Todas Las Cosas Tienen Que Pasar, aunque sabemos muy bien, muy bien sabemos que en la lengua de George no existe ámbito alguno, como sí lo hay en la nuestra, en el que Pasar pueda ser sinónimo de acontecer. Absurdo sería entonces creer que con aquel título quisiera George dar a entender que Todo Ocurrirá. Ridículo, sí, cuando ejemplos nos sobran de cosas que pudieron haber sido, y no solo no fueron, sino que no son ni serán ni mucho menos tienen que ser. Habiendo aceptado que no todo acontecerá, digamos mejor, para evitarnos, por ahora, las ambigüedades que de otro modo nos aquejarían, que Todo Terminará, y sea esta, quizá, una mejor aproximación a lo que él quiso decir. Y en verdad estuvo por mucho tiempo queriendo, anhelando finalmente poder decir que Todas Las Cosas Tienen Que Terminar.
Caigamos también en cuenta de que lo que dijo no fue que Todas Las Cosas Terminarán; declaraciones tan pesimistas no se permitió. Dijo que Todas Las Cosas Tienen Que Terminar. Tienen Que suena casi a obligación, pero Las Cosas, afortunadas ellas, no conocen de obligaciones como lo hacemos nosotros. Decir que Tienen Que es más una súplica, un pedirle a Las Cosas que, por favor, si tan amables fueran ellas, llegado el momento cedan su lugar, o su tiempo, o su lugar en el tiempo, a otras Cosas, Cosas, con suerte mejores, que por años se han cansado de esperar una oportunidad de empezar, pero para hacerlo deben las otras Terminar. Qué mejor que Las Cosas entendieran siempre a la primera y se retiraran sin necesidad de más discusiones. No es así. Las Cosas son necias, poco dispuestas al cambio. Se niegan a dejar su lugar en el tiempo, un lugar en el que han echado tantas raíces y en el que se sienten tan cómodas. Ya decíamos: Las Cosas no saben de obligaciones, y siendo así nos toca a nosotros actuar con firmeza para correrlas para siempre de un sitio que ya no les pertenece. El Tienen Que, a veces, casi siempre, atañe a las personas y no a Las Cosas.
Así pues, conscientes ya de su verdadero significado, digamos, ahora sí, que Todas Las Cosas Tienen Que Pasar: tienen que pasar de largo, dejar de pasar, acabar, desaparecer, perecer. ¿Cómo si no habrían de convertirse los tiempos grises, oscuros, en tiempos de luz?
All Things Must Pass no es fatalismo, es esperanza. Ciertamente, no hay amanecer que dure toda la mañana ni Beatle que lo resista.
Charly G. H.

Deja un comentario